LAS GOTAS DEL CIELO, AMEN.

Cuando te enfrentas a la lluvia es como si el mundo y el cielo se cayera sobre ti. Cuando ves el horizonte oscuro, gris y blanco sientes que de hoy no pasas, pero también entra un sentimiento de pequeñez, no sé como decirlo, pero es evidente que en estos días de lluvia, fríos con no más de 7 grados, que sientes la necesidad intrínseca de decir y expresar lo hermoso que es vivir, lo lindo que es respirar y sentir las gotas en tu cara y el aire frío y limpio entrando en tus pulmones. Sobretodo en una ciudad como Santiago la que en gran parte de su vida está con tonos grises-cafés y con una pesadez que te abruma.

Hoy venía manejando y sentí eso, hoy fui a almorzar afuera y veía a través de la ventana como la gente escapa y huye de la lluvia. Error, porque se debe disfrutar y sentir cada gota fría que cae sobre tu cara y resbala por el cuello. Me gusta la lluvia, aunque siempre escape de ella, me gusta lo refrescante que se siente aunque sea hipocondríaco y piense siempre que me voy a enfermar de la garganta. Me gustan las tardes melancólicas de Santiago. Hoy me compré unas zapatillas, negras, hace como meses que no tenía unas así, de cuero. ¿Será algún signo de madurez?, Ja. Me gustan los días así. ¿Un consejo?, disfrútenlo a su manera, pero disfrútenlos.